La iluminación ambiental 3D Burmester para el Mercedes Benz GLS es un sistema de iluminación premium diseñado para complementar el lujoso habitáculo del SUV de tamaño completo y su avanzada configuración de audio. Diseñado exclusivamente para la configuración de tres filas del GLS, esta iluminación ambiental 3D se integra perfectamente con el sistema de sonido envolvente 3D Burmester High End, creando una experiencia multisensorial donde la luz y el sonido se armonizan. La colocación estratégica incluye paneles de puertas con tiras de luz verticales, contornos del tablero, bordes traseros de los asientos e incluso el techo, formando un campo de luz tridimensional que realza la sensación de amplitud del habitáculo. El sistema ofrece 64 colores personalizables, con ajustes preestablecidos sintonizados según las frecuencias de audio: azules y morados profundos para pistas con graves marcados, blancos y plateados nítidos para agudos intensos, sincronizándose a través de la interfaz COMAND o MBUX del vehículo. Una característica destacada es su modo "Surround Glow", que expande el campo de luz hacia afuera durante la reproducción musical, imitando la dispersión espacial del sonido. Fabricado con molduras de aluminio de alta calidad y módulos LED difusos, resiste el deslumbramiento manteniendo una iluminación uniforme en todas las filas. La durabilidad ha sido probada para soportar el uso versátil del GLS, desde aventuras off-road hasta viajes con chofer, con componentes resistentes al polvo y montaje con amortiguación de vibraciones. La instalación cumple con las especificaciones de fábrica del GLS, utilizando los arneses de cableado existentes para preservar la validez de la garantía. Las adaptaciones globales incluyen salidas más brillantes para los mercados nórdicos y ajustes preestablecidos más cálidos para las preferencias del Medio Oriente, asegurando que el sistema resuene con los diversos gustos en lujo. Esta integración de la experiencia acústica de Burmester y la maestría en iluminación ambiental de Mercedes eleva el interior del GLS de opulento a inmersivo, convirtiendo cada trayecto en una experiencia similar a la de un concierto.